El peor apagón eléctrico de la historia reciente de España provocó este lunes un aluvión de problemas en la actividad de comercios e industria, comunicaciones móviles, carreteras, trenes y aeropuertos, colegios y centros sanitarios. Pasado el mediodía, millones de ciudadanos de España —salvo en las islas— y Portugal, vieron de repente cómo luces y aparatos dejaban de funcionar, y gestos como mandar un mensaje y llamar por teléfono móvil, o incluso consultar internet, se volvían imposibles. Lejos de ser un fallo puntual, como la mayoría esperaba en un primer instante, la situación se prolongó durante largas horas en las que dos grandes preguntas sobrevolaron la escena: cuál había sido la causa del incidente, y cuánto tiempo iba a durar. En plena crisis geopolítica global, las especulaciones sobre un ciberataque no tardaron en aparecer. Sin embargo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, informó en una comparecencia en Moncloa que no existe “información concluyente” sobre lo sucedido. En su segunda intervención, al filo de las once de la noche, Sánchez informó de que se había restablecido casi el 50% del suministro. “Prácticamente, todas las comunidades autónomas registran mejoría”, dijo. Y anunció que se liberarán reservas estratégicas de petróleo para tres días con el objetivo de garantizar el suministro energético.
Un apagón eléctrico masivo en España y Portugal desata el caos

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