“De día, abogado; de noche, abogángster”. La frase, captada en una interceptación telefónica con una exnovia, no solo hizo célebre a Diego Cadena, sino que condensó el estilo con el que ha sido descrito: audaz, provocador y habituado a moverse en los márgenes del poder. El penalista que representó a Álvaro Uribe Vélez, acusado de sobornar y manipular testigos en cárceles en su favor, es la figura clave del proceso que mantiene al expresidente sentado en el banquillo. Ambos procesos, contra el expresidente y su antiguo defensor, avanzan casi en paralelo, y los dos están a pocas semanas de recibir un primer fallo. Hay días en los que parece que la condena o absolución de uno depende de la del otro.