La insaciable sed de competencia y derechos de Gianni Infantino tiene sus límites. Por eso, la que es la segunda competencia masculina más potente organizada por la FIFA, el Mundial Juvenil -mal llamado sub 20- sucumbió este año ante la Copa Mundial de clubes, cedido graciosamente a los Estados Unidos. Exprimir brutalmente a los clubes europeos tuvo su costo, y ese fue mover el calendario de la copa junior, siempre la gran vitrina de los que se asoman en el horizonte, que quedaron indefensos ante las necesidades de sus clubes.