El árbitro Mateo Busquets Ferrer pitó el inicio del partido entre el Oviedo y el Espanyol y allí no se movió nadie. Todos quietos. Los 22 jugadores se quedaron parados como estatuas sobre el césped durante unos 25 segundos como protesta contra el plan de LaLiga de llevar el Villarreal-Barcelona del próximo 20 de diciembre a Miami.