
Un niño llora porque no recuerda el rostro de su madre muerta. Su padre, librero, le propone algo, la entrada a un lugar laberíntico, interminable, que es un consuelo y un secreto: una biblioteca que guarda dentro todo el saber, toda la sensibilidad del mundo. El cementerio de los libros olvidados es una creación de Carlos Ruiz Razón, pero el refugio de los libros existe, tanto para ese niño que llora en una novela de la Barcelona de mitad del siglo XX como para los que pasean estos días por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en México. Ruiz Zafón, que murió hace cinco años en Los Ángeles, vino aquí por última vez en 2016, y este lunes, casi una década después, regresa gracias a la voz de sus amigos.