
Si en las pasadas presidenciales de Chile el voto nulo o blanco hubiese sido un candidato, habría quedado sexto en la elección, superando ampliamente a los tres candidatos independientes que participaron del proceso del 16 de noviembre. En total, la opción nula sumó 360 mil votos, mientras los blancos llegaron a cerca de 142 mil, en un universo de 13,5 millones de votos emitidos.