El Real Madrid emborronó de manera extrañísima una función que dejó tramos deslumbrantes, pero que se torció en los minutos de añadido, con un penalti de Huijsen con tarjeta roja incluida, y que murió en la mano derecha de Courtois, en otra parada de su colección de intervenciones iluminadas que evitó que se fuera a la prórroga un partido que su equipo tenía controlado hasta el instante anterior y que habrían tenido que jugarse con un jugador menos en media hora extra. Pero el belga atrapó el último tiro de Sabitzer y el Real jugará la semifinal contra el Paris Saint-Germain, que en su cruce también perdió por roja a Pacho y Lucas Hernández.