Dueño de un vitalismo intenso, propio de los genios que aparecen muy de tanto en tanto; conocedor de su propio talento y consciente de que quiere dejar tras de sí una huella indeleble, original. Bajo esos signos Rafael Gumucio (Santiago, 1970), autor fundamental de nuestra escena literaria, dibuja un perfil original, disperso y ecléctico sobre Roberto Matta, quizá el artista plástico más importante de la historia chilena. El vértigo de Eros se centra en los días que el arquitecto devenido pintor pasó en una ciudad que no era, todavía, el centro del arte y la cultura mundiales, o que precisamente en esos años cuarenta pasó a cumplir ese rol y se convirtió en lo que sigue siendo hoy. Como dice Gumucio, es durante esa década que Nueva York se convierte en una ciudad que representaba el futuro, mientras que Europa era, cada vez más, el pasado.
Related Post
Sin categoría
Contaminación informativa en elecciones: un desafío democrático que urge
4 de Noviembre de 2025