Cuando Carlo Ancelotti alcanzó el autobús del equipo en el parking del Emirates, 13 minutos antes de la medianoche en España, todavía se tecleaba en la sala de prensa. Faltaba aún una hora para que The Guardian publicara esto: “Entonces, así es como se le gana al Real Madrid”, empezaba el artículo de Barney Ronay, aún asombrado por los dos goles de falta directa de Declan Rice, los primeros de una carrera de más de 300 partidos. “Esto no fue un cisne negro. Fueron dos cisnes negros. En una nave marciana. Guionizado por monos con máquinas de escribir”. A Ancelotti la derrota no le había resultado tan insólita. Lleva meses sin conseguir encajar las piezas del equipo.
Los ochos meses de bucle de Ancelotti que explotaron contra el Arsenal

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