Los mares que rodean la península de Kamchatka esconden dos de las fosas marinas más profundas y largas que hay en el planeta. Son la expresión orográfica de la tectónica de placas que está detrás del potente terremoto que acaba de suceder allí, este miércoles en el extremo este de Rusia. Una misión científica ha descubierto ahora que también albergan los ecosistemas más profundos de la Tierra. Los resultados de una treintena de inmersiones con un sumergible, publicados este miércoles en Nature, muestran cómo varios seres vivos complejos viven en un entorno rico en metano y sulfuro de hidrógeno, pobre en oxígeno y, por supuesto, al que no llega ni un rayo de luz.