El rastro de escándalos y maniobras turbias que ha ido dejando el príncipe Andrés en sus asuntos privados es difícil de frenar y de ocultar, por mucho que se le despoje de sus títulos —como forzó su hermano el rey, Carlos III, a que así ocurriera el pasado viernes— o se le condene al ostracismo social. La Policía Metropolitana de Londres ha anunciado este domingo en un comunicado que ha abierto una investigación sobre la última información del que hasta hace nada era el duque de York.
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