El ambicioso plan de Costa Rica de convertirse en el semillero continental de la industria de semiconductores y socio especial de Estados Unidos en su afán por reubicar gran parte de la producción instalada en Asia ha sufrido fuerte tropiezo. La trasnacional estadounidense Intel y su competidora Qorvo anunciaron al cierre de julio el traslado de su manufactura a países asiáticos debido a ajustes globales que, sin embargo, se vinculan también al viraje del gobierno de Donald Trump con la llamada Ley Chips de Joe Biden en su afán de inyectar millones de dólares a la industria considerada estratégica para la economía y la seguridad nacional.