Este jueves, pocas horas después de que el presidente de Estados Unidos se dirigiera a la nación para tratar de convencer a sus compatriotas de que la economía va bien, y de que todos los problemas que la acechan son culpa de su predecesor, Joe Biden, un nuevo dato, el de la inflación en noviembre, desafió las expectativas y dio un respiro a Donald Trump en medio de la peor crisis de popularidad de su segundo mandato, provocada por el elevado coste de la vida.