
Dos ensayos clínicos en un reducido número de pacientes con párkinson han demostrado que los trasplantes de células madre en el cerebro son seguros y no causan efectos secundarios peligrosos. Las intervenciones se han realizado en apenas 19 pacientes, y su objetivo principal era solo estudiar la seguridad, pero ambas han mostrado también efectos positivos, como una reducción de los movimientos involuntarios que caracterizan a esta enfermedad incurable.