Hay escritores cuya figura pública dificulta la recepción y la percepción serenas de sus libros. En el caso de Arturo Pérez-Reverte, el personaje mediático —peleador, siempre dispuesto a la última refriega verbal en las redes o en las páginas de opinión— proyecta una sombra que inevitablemente condiciona cualquier lectura. Su tono bronco, retador, omnipresente en columnas y entrevistas, divide a lectores y detractores con la misma intensidad. Sus seguidores forman una inmensa cofradía que lo adoran como maestro del relato aventurero. Pero hay también una legión de opositores que lo critican o lo detestan por sus opiniones contundentes, por su prepotencia discursiva.
Misión en París
Arturo Pérez-Reverte
Alfaguara, 2025
360 páginas, 21,90 euros