La primera impresión es el olor. Dulce, denso, antiguo. En una nave blanca e impoluta de Jijona, al norte de Alicante, se cuece algo que huele a hogar incluso antes de cruzar la puerta. En la fábrica de la familia Sirvent se elaboran los turrones de dos de las marcas más conocidas de España: 1880 y El Lobo. Los Sirvent celebran este año su tercer siglo de historia, ya que llevan fabricando estos dulces desde 1725, aunque la receta que hoy utilizan para 1880 figura por escrito desde ese año. Al entrar en la nave el tiempo parece espesar, como la miel que se calienta a fuego lento en las calderas de acero, los boixets. Estos instrumentos calientan la mezcla a una temperatura de entre 83 y 90 grados mediante un tubo de vapor que rodea la caldera y también llevan la firma de Sirvent, ya que patentaron su última y más avanzada versión. Beatriz Sirvent (Jijona, 32 años), parte de la undécima generación, explica que este diseño del boixet ayuda a repartir el calor de forma homogénea entre toda la mezcla, que se remueve a esa temperatura durante al menos dos horas y media.