La Administración del presidente Donald Trump ha recurrido de nuevo a la instrumentalización de la justicia para perseguir a quienes se han cruzado en su camino. Tras anunciarse hace días una investigación federal a Jack Smith, el fiscal especial que investigó a Trump, el Departamento de Justicia ha puesto en la mira a Letitia James, fiscal general de Nueva York, para indagar si violó los derechos civiles del presidente en la demanda civil por fraude que le interpuso y que ganó, lo que supuso una multa millonaria para el republicano.