En gran parte del mundo occidental el siglo XXI se ha caracterizado por una mayor conciencia sobre la importancia de valores sociales como la equidad, la inclusión, la diversidad y el cuidado del medioambiente. Respecto a la desigualdad de género se han dado logros notables en materia de participación laboral de la mujer y su acceso a posiciones de liderazgo. No obstante, estos han presentado altibajos y características muy diferentes en distintas regiones del planeta, de manera que queda todavía mucho por hacer.