Lachlan Murdoch recibió el lunes pasado, día de su 54 cumpleaños, un regalo que llevaba décadas esperando: la certificación de la victoria sobre sus hermanos, especialmente sobre James, en la pelea por ver quién será el sucesor del padre, Rupert Murdoch, tal vez el hombre más poderoso del mundo en el sector de los medios y una de las personas más influyentes de la política en Estados Unidos.