Ha sido una declaración de 52 puntos pensada para todos los gustos. Fue una apuesta inevitable. Poner de acuerdo a 58 países de dos continentes exigió una filigrana diplomática evidente. Con todo, hubo más de lo esperado, aunque Venezuela y Nicaragua decidieron a último momento no firmar. La cuarta cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea (UE) cerró con llamados a fortalecer el multilateralismo, críticas veladas a la política de Estados Unidos contra el narcotráfico en el Caribe, la defensa de “elecciones libres y transparentes” sin nombrar a Venezuela, referencias a las guerras en Ucrania y Gaza y el pedido de reducir “las tensiones comerciales” globales, esto es, los aranceles de Trump.
