Este domingo inicia la última batalla de Gustavo Petro en el Congreso de Colombia, un lugar donde ha tratado a los congresistas el último semestre de esclavistas y HPs. Arranca la nueva legislatura y el Gobierno destinará el capital político que le queda para que los parlamentarios aprueben su controvertida reforma a la salud, más un proyecto que busca bajar las tarifas de energía y una ley de paz total que establece las reglas para el sometimiento de las bandas criminales. Son tres de las principales promesas de campaña del presidente y ninguna será fácil. Ninguna tiene las mayorías aseguradas y es inusual que en el cuarto año legislativo, previo a las elecciones de marzo, los senadores y representantes a la cámara apoyen leyes del Ejecutivo. Su objetivo es reelegirse, por lo que muchos se irán en contra de reformas impopulares como la de la salud y la de sometimiento.
